En el año 1886, Francia regaló a los EEUU la estatua de la Libertad, no para que los EEUU tuvieran el mundo a sus pies, ni para que nos mirasen por encima de nuestras cabezas.

Se la regaló como símbolo de esperanza y de ánimo para los miles de emigrantes que llegaban desde Europa cada año a trabajar a EEUU.

¿Qué queda hoy  de todo aquello?

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