Letra
Son tantos días los que estuvo en el jardín,
que no recuerda más que las flores de allí.
Tantas mañanas tras las verjas del portal,
que es una cebra su visión del más allá.
Tantas películas de acción, en la hora de televisión.
Que se empeñó en volar
igual que hacía Superman,
o el coche James Bond.
Y se bordó en la bata
una «S» y dejó en casa,
el sombrero de papel que entró con él.
Tomó prestada del ropero
la capa de un enfermero
y sin billete ni equipaje,
se marchó con el repartidor del pan.
Dentro de un cesto y a super-velocidad,
su primer vuelo le llevó hasta la ciudad.
Por las rendijas del oscuro camión,
tomó conciencia del poder de su visión.
¡ Defendería la verdad de todas las fuerzas del mal!
No le dio tiempo a más,
porque la puerta del camión
se abrió de par en par.
Todo pasó tan deprisa,
le pusieron la camisa,
y a la fuerza perdió todo su poder.
Y a nadie le importó saber,
que entre la confusión se oyó una voz gritar:
-¡Atenle bien camilleros,
cada bicho a su agujero
con cuidado de que no vuelva a escapar!
Tuvo que devolver la capa
y aunque haya una «S» en su bata,
de nuevo con el sombrero,
por un tiempo volverá a ser Napoleón.